viernes, 6 de abril de 2012

COMPAÑÍA DE TEATRO DE LA LIC. EN ARTES

César Iván Díaz Leaños, Mario Castro, Fernanda Mauricio, Noé Germán, Renny, Luis Pinedo, Armando Haro y Pais


LA GRAFÍA DE COSAS


encontradas en derredor…



Armando Haro

… de un mundo saturado de ensueños de Alberto Díaz Ordaz, es muestra fehaciente de que la creación gráfica en Zacatecas tiene reservada una inexpugnable fuente de potencias que se rehusan, pero que están ahí, esperando ser exploradas y experimentadas, contempladas e interpretadas. En su última muestra Alberto nos abre un mundo único, neobarroco, propio del espíritu del semidesierto, pero que se dispone a manifestaciones y reflexiones que el arte moderno nos legó. Sorprende por la indiscutible calidad técnica de sus aguafuertes y aguatintas, sus litografías y su instalación, rescatando con sus propios medios —fuera de instituciones y talleres ad hoc— una vocación por el grabado que creíamos perdida. Pues además se cuestiona, en medio de sus atiborrada figuración que nos remite al cubismo, el problema del objeto encontrado —ready-made— sin el ejercicio de ningún juicio de gusto o selección estética. Las cosas están ahí, en medio de las cosas. Y el grabado mismo lo vuelve cosa que las envuelve. En sus imágenes no hay itinerario que seguir, simplemente nos abordan, abriendo campos desérticos que Alberto quisiera llenar con ensueños de personajes adustos dispuestos en cantinas y habitáculos que ponen en duda toda perspectiva, todo perspectivismo. Porque uno se encuentra en medio de ellas a sí-mismo como las demás cosas, encontradas y olvidadas, queridas y usadas, pues en el abandono que el desgaste del uso ha ocasionado, la cosa recuperada expresa su memoria intensa de paso por el mundo en un instante. Abre así un mundo y funda una nueva tierra donde tienen cabida tanto el empresario ceramista R. Mutt como su antípoda Duchamp, así como el grabado o la instalación, el paseante incauto o el informado. Todo cabe ahí donde ya no cabe nada, haciendo que el arte pueda nuevamente plantearse, plantarse, germinar, fructificar en dirección a donde nada dirige, pues simplemente todo se encuentra a su derredor.

http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_36

EL VACÍO SILENTE


de Juan Manuel de la Rosa


Armando Haro
No todo vacío es silente ni todo silencio es vacuo. Porque, por lo general, la idea de vacío siempre está llena de nada y la de silencio de palabras mudas. Pero vacío y silencio remiten a otra cosa, que desnuda y extraña, ya que el vacío no puede estar lleno de nada y el silencio no son simples palabras que callan. Así, para que se dé el vacío, hay que silenciarse de todo y, para crear silencio, hay que olvidarse de palabras. Los espacios matéricos que Juan Manuel crea, juegan esta doblez que se cierne sobre el tacto de la mirada. Porque, abriendo planos nómadas, el ojo toca campos repletos de añil u hoja de oro, de temple, acuarela u obsidiana. Campos dérmicos de piel, papel o canvas que habitan cuerpos esgrafiados al carbón, grafito o plata. De esta manera invita a recrear lo que ha creado, porque sorprende que descubra el tacto al ojo y la línea vacua a la materia. En este sentido su obra no está solamente ahí para ser mirada, sino que su obra realmente obra en la vista. Cuando, ante todo, lo que admira es el obraje del silencio y el vacío, pues su obrar no se escucha sino en el silencio y no se habita sino en la intemperie. Hay, por demás, esta vocación inaudita e irrevocable por jugar en el silencio al vacío. Al vacío de las cosas que están a la intemperie de su propia materialidad. Vacuidad que es un respeto a las cosas que pareciera no pertenecer ya a este mundo, sino a aquél que el hombre ha abandonado: la costumbre, lo natural y primitivo. Juan Manuel es, por tanto, un oficiante que a la materia otorga una dignidad renovada, silenciosa y sabia, que permite que las cosas sean en su desnuda materialidad. Curiosidad incansable por desnudar al arte de arte para volverlo puro oficio de hechura; de papel de cártamo-alazor o perfumado sándalo, de etéreo campi-shi o masi, de tropical plátano o ecuatorial papiro. Frente a este despliegue puro de oficio, el oficiante nos ha puesto todo vacío silente de materialidad hermana, que retumba en el Rampori nocturno de una noche sin luna, tambores tarahumaras en los que resuena una pasión de diorita, cinabrio y granito, poesía lítica en la calma.

jueves, 5 de abril de 2012

PERDIENDO LA CUENTA

Arte por la paz
Gran Inauguración

Fotos: Cosme Rada